Una gran historia y un legado de aprendizaje dejan los sismos registrados en la república mexicana durante los años 1985 y 2017, ambos en el 19 de septiembre.
El Sismo de 19 de septiembre de 1985 fue de Magnitud 8.1 grados, con una Mortandad oficial cercana a los 10,000 fallecidos; algunas estimaciones de damnificados elevan la cifra a unos 45,000 muertos. 
La Ciudad de México, especialmente las zonas con construcciones antiguas o defectos estructurales, fue la más afectada. 
El Sismo del 19 de septiembre de 2017, de Magnitud: 7.1 grados, epicentro cerca de Axochiapan, Morelos. 
Los Fallecidos según Protección Civil, ascendieron a 369 muertos en total, de los cuales 228 fueron en la Ciudad de México; 74 en Morelos; 45 en Puebla; 15 en el Estado de México; 6 en Guerrero; 1 en Oaxaca. 
Los Daños materiales registrados fueron miles de viviendas afectadas, con numerosos edificios declarados inhabitables en la CDMX. 
Y ahora, ¿México en 2025?
• Simulacros nacionales fortalecidos: Este año se han llevado a cabo ejercicios de simulacro el 19 de septiembre para conmemorar los sismos de 1985 y 2017; se activan alertas sísmicas masivas por celulares, televisión y radio para preparar mejor a la población. 
• Mayor cultura de prevención: Cada vez más espacios públicos, escolares y gobiernos locales promueven planes de protección civil, capacitación ciudadana y normativas de edificaciones más estrictas.
• Desafíos pendientes:
1. Muchas construcciones antiguas no cumplen estándares sísmicos actualizados.
2. Persisten desigualdades en capacidad de respuesta local: zonas rurales o comunidades marginadas tienen menos acceso a recursos de protección civil.
3. Atención psicológica, reparación integral y reconocimiento de víctimas siguen siendo insuficientes.
Al paso de los años, como mexicanos podemos celebrar la conciencia colectiva de que los sismos no son tragedias inevitables: variar protocolos, alertas y educación.
También celebramos que más mujeres y comunidades vulnerables participen en simulacros, brigadas de rescate y toma de decisiones locales en protección civil.
40 años después, se reconozca que la memoria de estas tragedias exige justicia, prevención y compromiso constante.
El 19 de septiembre no se trata solo de recordar el dolor; se trata de honrar la valentía, exigir protección real y construir un México más seguro para todas.