Este 11 de septiembre de 2025 se cumplen 24 años de los atentados terroristas en Estados Unidos, considerados los más graves de la historia contemporánea, que costaron la vida de 2,977 personas de más de 90 nacionalidades y dejaron a más de 25,000 heridas.
Ese día, cuatro aviones comerciales fueron secuestrados por integrantes de la red terrorista Al Qaeda. Dos impactaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, uno contra el Pentágono en Washington D.C. y el cuarto, el Vuelo 93 de United Airlines, se estrelló en Pensilvania tras la resistencia de los pasajeros, evitando otro ataque en la capital estadounidense.
El impacto mundial fue inmediato:
• La economía global se desplomó, con pérdidas multimillonarias en mercados bursátiles.
• Se reforzó la seguridad internacional, en particular los controles en aeropuertos y fronteras.
• Estados Unidos declaró la llamada “Guerra contra el Terrorismo”, con invasiones en Afganistán (2001) e Irak (2003), conflictos que marcaron a toda una generación.
• Se expandió el uso de tecnologías de vigilancia y espionaje como estrategia de prevención.
Hoy, más de dos décadas después, el 11-S sigue siendo una fecha clave para entender la política global, la geopolítica de Medio Oriente y las transformaciones en materia de seguridad y migración.
Para millones de familias, especialmente mujeres que perdieron a sus esposos, padres e hijos en los ataques o en las labores de rescate, el 11-S no es solo memoria histórica: es una herida personal que cambió para siempre su vida.