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Mujeres de Miahuatlán resisten: mantener viva la tradición textil cuesta cada vez más caro

29 de agosto de 2025 por
Mujeres de Miahuatlán resisten: mantener viva la tradición textil cuesta cada vez más caro
Redacción

En San Mateo Tlacoxcalco, una comunidad del municipio de San José Miahuatlán, 20 mujeres artesanas luchan por preservar una herencia de más de 500 años de historia: el tejido a mano de blusas tradicionales. Sin embargo, su esfuerzo se ve amenazado por la falta de materiales y el creciente encarecimiento de los insumos.


La tela conocida como “cabeza de indio”, base fundamental de sus diseños, dejó de venderse en Tehuacán a inicios de 2025 debido a la baja demanda. Esto obliga a las artesanas a viajar hasta la ciudad de Puebla o incluso a la Ciudad de México para conseguirla, incrementando el costo y retrasando la producción.


Costos que ahogan su labor


El precio de los hilos también se disparó: lo que antes adquirían en 350 pesos por kilo, ahora supera los 480 pesos. Aun así, muchas veces tienen que vender sus blusas en apenas 500 pesos, cediendo ante la presión de clientes que buscan pagar menos, sin dimensionar el trabajo que implica una prenda hecha a mano, que puede tardar hasta un mes en elaborarse.


Más que ropa: cultura y sustento


Para estas mujeres, su oficio no es solo confección: es identidad cultural, sustento familiar y resistencia frente al olvido. Nohemí Trujillo, una de las comerciantes artesanales de la zona, explicó que “cada puntada guarda la historia de nuestro pueblo, pero sin apoyo corremos el riesgo de perderla”.


El panorama se complica aún más por el desinterés de las nuevas generaciones, que muestran poca disposición a aprender un arte que demanda paciencia, técnica y dedicación.


Un llamado urgente


Las artesanas hacen un llamado tanto a la sociedad como a las autoridades para valorar y respaldar este trabajo que mantiene vivas las raíces de la región. Reconocer el precio justo de cada prenda y promover apoyos institucionales podría marcar la diferencia entre la desaparición o la continuidad de esta tradición ancestral.

“Seguimos con la esperanza de que nuestras blusas encuentren un mercado que valore lo que representan: no solo moda, sino cultura viva”, expresaron las artesanas, convencidas de que su arte merece sobrevivir.