De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2024, realizada por el Inegi, las mexicanas acumulan 61.1 horas de trabajo a la semana, frente a 58 horas de los hombres. Sin embargo, la diferencia está en cómo se reparte ese tiempo:
66.8% del trabajo de las mujeres es no remunerado, principalmente en el hogar, cuidados y labores voluntarias.
En contraste, los hombres destinan solo el 33.2% de su tiempo a estas tareas, pero casi duplican el tiempo dedicado al trabajo remunerado.
El costo de la desigualdad
“Las brechas se están cerrando, pero muy lentamente”, reconoció Graciela Márquez, presidenta del Inegi, durante la presentación del informe. Y esa lentitud pesa: limita la participación de las mujeres en el mercado laboral y frena su independencia económica.
Hoy, la participación laboral femenina en México es de apenas 46.2%, frente al 75% de los hombres. Eso significa una brecha de 28.8 puntos porcentuales.
¿Dónde se siente más la brecha?
El estudio también revela que en algunos estados la diferencia de tiempo trabajado entre hombres y mujeres es mucho mayor:
Oaxaca: 8.4 horas más para las mujeres.
Guerrero y Nayarit: 7.1 horas.
En el otro extremo, en Quintana Roo y Yucatán la diferencia incluso favorece a los hombres (con 0.4 y 0.2 horas menos, respectivamente).
Otros grupos que enfrentan mayores cargas son las mujeres indígenas (4.7 horas adicionales frente a los hombres), las mujeres con discapacidad (2.4 horas) y las afrodescendientes (1.9 horas).
El retrato de la vida cotidiana
El 98.3% de la población mexicana participa en trabajo doméstico, de cuidado o voluntario, y casi una cuarta parte (23.5%) en la producción de autoconsumo.
Mientras tanto, 6 de cada 10 personas sí reciben pago por su trabajo. Pero aquí la desigualdad vuelve a ser evidente: la participación masculina en el empleo formal es de 74.5%, frente a solo 47.8% de las mujeres.
Un dato que no sorprende… pero indigna
En el día a día, el uso del tiempo también refleja estas brechas:
Las mujeres conviven más con su familia (78.6%) que los hombres (72.8%).
En educación, dedican más tiempo a tareas y estudios.
Los hombres reportan mayor participación en prácticamente todas las demás actividades.
Y tú, ¿qué opinas?
La realidad es clara: las mujeres mexicanas trabajan más, pero gran parte de ese esfuerzo sigue siendo invisible y no remunerado. La pregunta que queda en el aire es ¿hasta cuándo el país reconocerá y revalorará este trabajo indispensable?