En su primer informe de Gobierno, Claudia Sheinbaum dejó claro que su llegada a la Presidencia de México no es solo un logro personal, sino un paso histórico compartido con todas las mujeres del país. Con voz firme, recordó que es la primera presidenta de la República, y subrayó que su proyecto está profundamente ligado a las causas que históricamente han defendido las mujeres mexicanas.
“No llegué sola, llegamos todas las mujeres”, afirmó desde Palacio Nacional, en un mensaje que marcó el tono de una rendición de cuentas donde la presencia femenina y la visión de igualdad fueron protagonistas.

A casi un año de haber asumido el cargo, Sheinbaum mantiene un nivel de aprobación del 70 %, de acuerdo con encuestas recientes. Su liderazgo ha despertado confianza no solo por los resultados en materia económica y social, sino también porque simboliza una transformación cultural: la de un México donde las mujeres son reconocidas como motor de cambio y como protagonistas de la vida pública.
Reformas con rostro social y de igualdad
La presidenta destacó las reformas aprobadas en los primeros meses de su administración, entre ellas la elección democrática de jueces y magistrados, el fortalecimiento de la igualdad sustantiva, la protección ambiental y la soberanía energética. Subrayó que cada paso legislativo busca resarcir desigualdades históricas y garantizar derechos para todas y todos.
Con orgullo, Sheinbaum recordó que este proceso de cambio no hubiera sido posible sin la participación activa de las mujeres: legisladoras, funcionarias, trabajadoras comunitarias y ciudadanas que acompañan, impulsan y sostienen el rumbo de la nación.
Economía fuerte y prosperidad compartida
En su mensaje, la mandataria resaltó que México vive un momento estelar. El país mantiene estabilidad económica, una baja inflación del 3,5 %, un peso fortalecido y un nivel de desempleo entre los más bajos del mundo. Al mismo tiempo, presumió que México es ya el segundo país con menor desigualdad en América, después de Canadá.
Estos avances, dijo, son el resultado de un modelo que combina estabilidad macroeconómica con justicia social y que coloca al pueblo —y de manera muy especial a las mujeres— en el centro de la política pública.
La fuerza de las mujeres en la transformación
El mensaje de Sheinbaum no solo fue político, sino profundamente simbólico: su gobierno es también la voz de millones de mujeres mexicanas que lucharon y luchan por igualdad, dignidad y justicia.
Desde los programas sociales, la política migratoria que protege a las familias retornadas, hasta la presencia femenina en las decisiones de Estado, la presidenta subrayó que México avanza porque las mujeres avanzan.
“Hoy, las mujeres estamos en el poder no para repetir viejas fórmulas, sino para demostrar que otro México es posible: más justo, más igualitario y más humano”, dijo.
Con esta visión, Claudia Sheinbaum no solo gobierna, sino que inspira: la transformación de México lleva rostro de mujer.