Con el objetivo de transformar la movilidad urbana y ofrecer alternativas de transporte rápidas, seguras y sustentables, el gobierno estatal encabezado por Alejandro Armenta iniciará en los próximos días la construcción de la primera de las cuatro líneas de Cablebús previstas para esta primera etapa del sexenio.
El mandatario estatal destacó que se trata de un sistema innovador, inclusivo, ambientalmente responsable y 100 por ciento seguro para las familias poblanas. De acuerdo con el plan maestro, las líneas 1, 2, 3 y 4 conectarán desde el Estadio Cuauhtémoc hasta la zona de Angelópolis, mientras que una segunda fase contempla las líneas 5, 6, 7 y 8, con las que se formará un circuito aéreo integral de movilidad.
Armenta adelantó que su administración contempla financiar la segunda etapa con recursos estatales; sin embargo, en caso de requerirse más inversión, se abrirá la posibilidad de concesionar las líneas adicionales para concluir el sistema dentro del mismo sexenio.
El proyecto se desarrollará mediante un consorcio de cinco empresas liderado por Doppelmayr, firma con reconocimiento internacional por su experiencia en sistemas de movilidad por cable. Estas compañías fueron las únicas que cumplieron con los requisitos técnicos, financieros y de solvencia establecidos en la licitación, aportando el capital necesario para iniciar la obra.
Por su parte, el coordinador de Gabinete, José Luis García Parra, informó que el gobierno estatal definió un marco jurídico sólido para garantizar la continuidad y operación del sistema. Señaló que la nueva Ley de Movilidad del Estado incorpora este tipo de transporte y fija criterios claros para una eventual concesión sin que el Estado pierda el control del proyecto.
García Parra precisó que el Cablebús será entregado en un plazo de 24 meses, quedará totalmente liquidado durante los cinco años restantes del sexenio y su operación estará a cargo de la Secretaría de Movilidad y Transporte.
Con el desarrollo integral del Cablebús, el Gobierno del Estado busca mejorar la conectividad, respetar la zona monumental y trabajar de manera coordinada con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para asegurar que la infraestructura cumpla con la normativa de protección histórica.