El Festival Tlalli de la Tierra y el Maíz Nativo se llevará a cabo los días 11 y 12 de octubre, de 10:00 a 18:00 horas, en el Jardín Etnobotánico Francisco Peláez R., ubicado en San Andrés Cholula, Puebla.
El evento es de entrada libre —aunque algunos talleres tendrán costo— y busca reivindicar el maíz nativo, fortalecer la soberanía alimentaria y rescatar prácticas tradicionales que forman parte del tejido cultural.
Entre las actividades programadas:
• A las 10:00 hr se realizará el Ritual de Apertura Tlalmanall.
• A las 11:30 hr, un taller de elaboración de pochotl (bebida tradicional de Chiapas y Tabasco), con un costo de $130 pesos.
• De 12:00 a 13:00 h será un taller gratuito de cianotipia botánica.
• Al final del día, de 16:40 a 17:40 h, se realizará un bailongo milpero con Tierra del Sol, presentando música de América libre, fraterna y soberana.
Durante ambos días habrá actividades continuas para familias, como lotería milpera, tendedero identitario decorado con flores, exhibiciones de semillas y espacios de intercambio de saberes.
El Jardín Etnobotánico Francisco Peláez es un espacio de conservación, educación ambiental y rescate de especies vegetales, con una superficie aproximada de 5,000 m².
El protagonismo femenino en Tlalli: mujeres, semillas y saberes
Las mujeres han sido piezas centrales en el cultivo del maíz, el cuidado de semillas heredadas y la transmisión de conocimientos agrícolas tradicionales. En muchos territorios, las milperas y agricultoras mantienen semillas criollas, practican policultivos y usan métodos libres de insumos industriales. En el contexto del festival, estos saberes se visibilizan como formas de resistencia frente a la agroindustria y los sistemas alimentarios dominados.
Para muchas mujeres rurales e indígenas, el maíz no solo es alimento: es memoria, identidad y autonomía. Al integrar talleres sobre semillas, rituales y técnicas agrícolas —como el uso de totomoxtle, semillas locales o técnicas de conservación— el festival brinda espacio para visibilizar ese rol.
El festival ofrece además un escenario de intercambio: mujeres artesanas, cocineras tradicionales, agricultoras y activistas pueden compartir sus historias, métodos y retos en torno al maíz. Es una oportunidad para reforzar redes de apoyo, generar visibilidad y reconocer el valor de la agricultura doméstica y comunitaria, dominada frecuentemente por mujeres.